En Roma a los 18 años de edad Boccioni comienza a forjar su personalidad artística, y aunque anteriormente había mostrado interés hacia la pintura será en esa ciudad donde su vocación se encauce definitivamente. Allí toma contacto con otros jóvenes pintores interesados por renovar el mundo artístico italiano. Deja Roma y viaja a París, Rusia y Alemania. Y tras estos años vuelve a Milán para dedicarse completamente a la pintura. Hasta ese momento su pintura podía encuadrarse dentro de las corrientes postimpresionistas y sus temas son, hasta cierto punto, los que pueden esperarse de un pintor tradicional: paisajes, marinas, vistas urbanas, etc. Pero todo va a cambiar cuando Tomasso Marinetti publica su “manifiesto futurista” y Boccionni se une a ese movimiento siendo uno de los primeros firmantes del manifiesto de los pintores futuristas. Según dicho manifiesto, el artista moderno debía liberarse de los modelos y las tradiciones figurativas del pasado, para centrarse únicamente en el mundo contemporáneo, dinámico y en continua evolución. Como temas artísticos proponían la ciudad, los automóviles y la caótica realidad cotidiana.
Su pintura se impregna de las características que definen a esta corriente artística. Ha expresado magistralmente el movimiento de las formas y la concreción de la materia en sus obras, dejando su estilo bien marcado. Siempre ha evitado la línea recta y ja utilizado los colores complementarios para crear un efecto de vibración. Como lo ha hecho en sus obras “dinamismo de un ciclista” o “dinamismo de un jugador de fútbol”, aquí en estos ejemplos las representaciones de un mismo tema en estadios temporales sucesivos sugieren eficazmente la idea del movimiento en el espacio. Entre sus obras pictóricas más relevantes se encuentran las siguientes:
Tumulto en la galería (1910)
La composición de la obra Tumulto en la Galería tiene unas líneas de fuerza que convergen en el centro. Los colores expresan luces intensas y junto a las gruesas pinceladas se expresa la violencia. Todas las figuras aparecen y desaparecen en la realidad, mientras que en nuestra retina se mantienen presentes.
Dinamismo de un futbolista (1913)
Esta obra tiene una clara influencia del cubismo, y también del neoimpresionismo, con sus pinceladas cortas y discontinuas. Pertenece al movimiento futurista.
Forze di una strada (1911)
La ciudad tiene mayor importacia que las presencias humanas |
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