jueves, 27 de octubre de 2011

Filippo Tomaso Marinetti

Su historia comienza el 20 de Febrero de 1909 en París con la publicación del primer manifiesto futurista en el periódico de gran tirada Le Figaro. Su autor, el poeta italiano Filippo Tomaso Marinetti, que dio a conocer los principios del <<verso libre>> que había adoptado en sus escritos.
Marinetti fue sin duda el gran ideólogo del movimiento italiano. Poco después de la fecha mencionada, en el año 1912, publicó el Manifiesto técnico de la literatura futurista. A partir del año 1914, se trasladó a Rusia para dar un ciclo de conferencias.
Este último dato posee una gran relevancia, pues nos informa sobre la estrecha relación y la constante comunicación que mantuvieron los futuristas con el resto de artistas de vanguardia, dando lugar a la gran influencia que heredaron otros artistas y movimientos de vanguardia del futurismo italiano.
El poeta italiano, con el futurismo proclamó la supresión del pasado, proponiendo la exaltación del futuro, es decir, la idea de entender el futuroel progreso y la modernidad, con todo lo que implicaba, en aquél momento, un futuro inmediato: la ciudadlas máquinas,los cocheslas calles,  los edificios… Éstos se convirtieron en los símbolos de la iconografía artística del movimiento, a los cuales Marinetti elogiaba enormemente en sus manifiestos.

Thaïs, una muestra del futurismo en el cine

Anton Giulio Bragaglia fue pionero en la fotografía italiana futurista y en el cine en Italia. Este director dejó una de las escasas muestras del futurismo en el mundo cinematográfico, buscando principalmente el impacto visual y que ahora podéis ver aquí: 



Análisis de una obra clave: Formas únicas en el espacio


Boccioni crea una de las esculturas más importantes del futurismo titulada “formas únicas de continuidad en el espacio”. Es una escultura de pie de bronce. Ahora se encuentra en Milán en la Galería de Arte Contemporáneo de Milán.

Realiza dicha obra inspirándose en el movimiento y en la realidad de las ciudades industriales, que lo podemos relacionar con la idea de representar el mundo moderno. La escultura tuvo bastante éxito puesto que Boccioni a través de ella fue capaz de reflejar perfectamente el concepto de movimiento y vitalidad para lo cual utilizará algunos elementos específicos del lenguaje visual. Como vemos en la obra la velocidad y el movimiento, principales características del futurismo, están bien marcadas.

Se trata de la representación de una persona humana con un paso firme hacia delante. Las formas anatómicas no son nada realistas sino que esta todo de forma esquemática, negando las obras tradicionales y sus características como defiende el manifiesto futurista. Los detalles de la cara y el cuerpo no son reconocibles. Para su elaboración utiliza líneas curvas no cerradas intentando mostrar la extensión en el espacio. Esta distorsión en la obra es precisamente para sugerir la idea del movimiento y del ritmo al andar, casi parece que es un rito acelerado (velocidad). La esquematización de las formas unido con el uso de las líneas ayudaron a definir la imagen. Como sabemos el volumen es el aspecto tridimensional de la obra por lo que se trata del aspecto que sumerge a la figura en el espacio. En este caso el volumen se ha utilizado de forma que el movimiento esté presente. Según los expertos gracias al modelado de los volúmenes el deslizamiento de la luz sobre la obra crea sus propias sombras bien definidas. El material utilizado es muy acertado para subrayar el dinamismo y la vitalidad de la escultura gracias al brillo rico de material de contraste de bronce, además la utilización de dicho material puede tener consecuencia por el hecho de adorar lo mecánico, es decir, el futurismo tiene como tema principal la modernidad que se traduce como una adoración a lo mecánico.

En definitiva, Boccioni tuvo los mejores resultados del futurismo en escultura representando el movimiento en sí mismo como una suma de diferentes fases dando lugar a una sola forma en el espacio.

lunes, 17 de octubre de 2011

Contexto histórico del futurismo italiano (II)

Orígenes y desarrollo
Las  manifestaciones futuristas acababan normalmente en batalla campal. Sus dirigentes eran maestros en el arte de la propaganda y habían captado la importancia que se le daba al sensacionalismo, así las publicaciones futuristas utilizaban un tono altisonante digno de páginas de sucesos de un periódico sensacionalista, consiguiendo así bastante popularidad.
Desde el punto de vista histórico, el futurismo surge como una natural evolución de las ideas postimpresionistas. Para dar una imagen estricta de la realidad, los futuristas necesitaban utilizar un análisis de los colores y de las formas. Seurat y el divisionismo les daban resuelto el primer problema cromático. Picasso y los cubistas aportaban soluciones para el segundo aspecto: la descomposición de las formas y la distribución de los diferentes planos del cuadro.


Concepto y características
El movimiento futurista es en realidad un exponente de la crisis cultural del siglo XX, que tuvo como consecuencia más inmediata las dos guerras mundiales. El futurismo, como todos lo movimientos románticos, surge con la fuerza y el fanatismo de una contracultura. Se lanza contra los museos, considerados sitios equivalentes a los cementerios, donde la tradición artística común lo impregnaba todo, las bibliotecas y academia, adopta lógicamente formas políticas -el nacionalismo- y cae cuando estas formas demuestran su falta de consistencia y llevan a Europa a una salvaje guerra de nacionalistas.
El Futurismo fue una vanguardia que buscaba reflejar el movimiento, el dinamismo, la velocidad, la fuerza interna de las cosas, la exaltación de la guerra, las máquinas, lo nacional y lo sensual y todo lo que fuese moderno. Este movimiento rompía con lo tradicional, el pasado y el academicismo.
Para lograr el efecto de movimiento se basaron en diferentes técnicas: vibrantes composiciones de color, el divisionismo (heredado del neoimpresionismo), la abstracción y desmaterialización de los objetos (tomada del cubismo) y finalmente la multiplicación de las posiciones de un mismo elemento (objeto o persona), realización de las líneas de fuerza, intensificación de la acción a través de la repetición y la yuxtaposición de frente y dorso de la figura (Simultaneismo).

Características
Los artistas plásticos pintarán la cultura urbana, máquinas, deportes, guerra, vehículos en movimiento, etc. 
Las características del futurismo han sido resumidas por los mismos pintores del movimiento:
  • Se desprecian las imitaciones y se exalta y glorifica la originalidad.
  • Estructuras del movimiento: tiempo, velocidad, energía, fuerza interna, etc.
  •  Contenido relacionado con el mundo moderno, las ciudades y los automóviles, su bullicio y dinamismo. Así como máquinas, deportes, guerra, etc.          
  •  Utilización de formas y colores para generar ritmos.           
  • El sonido puede ser representado como una sucesión de ondas y el color como una vibración de forma prismática.
  • Colores resplandecientes. El color se convierte en una mancha bulliciosa donde los pigmentos se mezclan y se descomponen caóticamente.  
  • Transparencias           
  • Multiplicación de líneas y detalles, semejantes a la sucesión de imágenes de un caleidoscopio o una película, (como resultado da la impresión de dinamismo).
  • El dinamismo universal tiene que ser plasmado en pintura como una sensación dinámica.
  • La sinceridad y la virginidad son necesarias, en grado mayor que otro tipo de cualidades, para la interpretación de la naturaleza.
  • Toda la pintura futurista se basa en una sensación óptica.
  • El movimiento y la luz destruyen la materialidad de los cuerpos
  • Dignifica la guerra como espacio donde la maquinación, la energía y la deshumanización han alcanzado las máximas metas
  •  Utilizaron la “performance” para llamar la atención al público convencional, buscaban la provocación y se encontraban con la interacción con el público que solía arrojarles todo tipo de objetos.
  • Los temas de los pintores serán la cultura urbana, las máquinas, el deportes, la guerra, los vehículos en movimiento, etc., eliminando progresivamente todo populismo o simbolismo
Falta, quizás, un último punto por declarar: que esto no tiene que ser necesariamente respetado.

Estética y formas
Uno de los grandes propósitos de futurismo era poner al espectador en el centro mismo de la tela. Los futuristas obtuvieron de este principio una posibilidad de expresar mejor el movimiento.
Este movimiento buscaba romper con la tradición y el pasado. Consideraba como elementos principales a la poesía, el valor, la audacia y la revolución. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.
Intentó ensalzar la vida moderna, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento. Recurriendo a cualquier medio expresivo.
En la literatura, el futurismo reniega del pasado y alienta a no respetar la métrica. Asimismo, intenta sustituir los nexos por notaciones algebraicas y buscar un léxico radicalmente hecho de tecnicismos y barbarismos, plagado de infinitivos, exclamaciones e interjecciones que denotan energía y libertad. El contenido apuntará al valor, la audacia y la revolución.
Con el correr de los años, Marinetti fue politizando el movimiento, hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó en 1919.
Aunque el futurismo tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1944 -acabado con la muerte de Marinetti- su influencia se aprecia en las obras de autores canónicos como Duchamp y Delaunay en París, así como en el definitivo constructivismo ruso.


Trascendencia del futurismo

La importancia que tuvo el futurismo, más allá de sus méritos artísticos, consistió en crear una estética desde cero, con lo que se hizo posible una profunda renovación de las técnicas y principios artísticos, cuyas repercusiones aún se sienten. Fue uno de los primeras vanguardias artísticas, y su valor como movimiento de ruptura allanó el camino a otras corrientes que refrescaron el panorama artístico en los albores del siglo XX.
Tal vez pueda ser considerada como la primera vanguardia moderna auténticamente agresiva, porque busca la completa disolución del artista con el pasado y, anuncia un arte y un mundo más en consonancia con el paisaje urbano.
Aunque tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1914, su influencia se aprecia en las obras de autores como Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay, así como en el definitivo constructivismo ruso. 

Contexto histórico del futurismo italiano (I)


El Futurismo es un movimiento literario y artístico que surge en Milán, Italia, en el primer decenio del S. XX y desde la ciudad lombarda se difundió con rapidez por algunos países de Europa, siendo en París donde se establecerá el otro núcleo de producción futurista. Allí pronto quedará absorbido por el cubismo, al que los futuristas acusarán de ser estático en exceso. Intentaron posteriormente una fusión entre los dos ismos y ese "cubofuturismo" resultante será una fórmula muy extendida por Europa. A comienzos de 1913 el Futurismo está en su esplendor, teniendo incluso su propia revista, "Lacerba". El presentimiento de la Primera Guerra Mundial es saludado con entusiasmo por los futuristas que confían en que una destrucción total permita construir desde cero la nueva cultura occidental.
Este movimiento gira en torno a la figura de Marinetti, quien publica en el periódico parisiense Le Figaro el 20 de Febrero de 1909 el Manifiesto Futurista. Proclama el rechazo frontal al pasado y a la tradición, defendiendo un arte anticlasicista orientado al futuro, que responde en sus formas expresivas al espíritu dinámico de la técnica moderna y de la sociedad masificada en las grandes ciudades.
El manifiesto de la pintura futurista firmado el 11 de abril de 1910 por los pintores Russolo, Carrà, Boccioni, Balla o Severini; el arquitecto Sant' Elia, el músico Pratella o el cineasta Ginna, que entre otros, determinan los dogmas del nuevo arte, que consistirá en rebelarse contra los tradicionales conceptos de "armonía" y "buen gusto".
En 1910 ya se puede hablar de un grupo liderado por Marinetti. Trabajarán artistas como los pintores Russolo, Carrá, Boccioni, Balla o Severini.
En Inglaterra, bajo el impulso de Lewis, nacerá el vorticismo. En España tuvo cierta repercusión en la poesía de Salvat-Papasseit.
Tras la Primera Guerra Mundial se puso fin a todos los excesos de la escuela futurista. Sólo Marinetti intentó sobrevivir con las teorías adaptando el futurismo a los ideales de la Italia fascista. En 1929 los últimos supervivientes de la escuela proclamaron el "Manifiesto de la aeropintura", inspirado en las sensaciones del vuelo y en la técnica de la aviación. Pero la nueva tendencia, con su reducido campo de acción, era ya un testimonio de la muerte del futurismo.
El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, el llamado pasadismo, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo. Quieren crear un arte nuevo, acorde con la mentalidad moderna. Para ello se toma como modelo las máquinas y sus principales atributos: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento y la deshumanización.
Sus ideas revolucionarias pretendían transformar la vida entera del hombre. La estética futurista difunde también una ética de raíz machista y provocadora, amante del deporte y de la guerra, de la violencia y del peligro. El futurismo fue politizándose cada vez más hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó Marinetti en 1919. En su manifiesto hay un punto que dice:
Queremos glorificar la guerra, única higiene del mundo, el militarismo, el patriotismo y el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer.




¿A qué nos referimos cuando decimos "futurismo"?

Se trata de un término ambiguo que tiene varias acepciones:


El futurismo artístico: Es la acepción de futurismo más concreta, referida al movimiento de vanguardia que surgió en Milán a principios del XX. Al relacionarse posteriormente con el fascismo fue perdiendo su carácter transgresor y por tanto, su calidad estética. Como consecuencia de esta relación, muchos logros artísticos de este movimiento han sido automáticamente negados o ignorados.             
El futurismo fue la primera vanguardia con incursiones en el cine, el teatro, la moda, la música, la cocina e incluso la política. Generó varios manifiestos, normalmente redactados con prosa agresiva. La teoría que formulaban los futuristas estaba llena de contradicciones, debido a su carácter vitalista e irracionalista de sus inicios. Su estética tenía una fuerte raíz romántica, ya que fueron los primeros en recurrir al "sublime tecnológico”, en base al concepto de dinamismo universal de H. Bergson. También fue muy importante la influencia nietzscheana. 
Los futuristas no eran un grupo homogéneo. Marinetti, el creador del futurismo, aglutinaba la corriente principal, aunque hubo grupos que se opusieron a él, principalmente los futuristas florentinos. También hubo muchos futuristas anarquistas y antifascistas.  
El futurismo tuvo una importante repercusión internacional, principalmente en países de incipiente desarrollo industrial. El caso más notable es el futurismo ruso, aunque también tuvo presencia en lugares tan dispares como Francia, España, Japón, Polonia o Inglaterra.
El futurismo utópico: Se denomina así a determinadas poéticas que se dan dentro de la cultura popular desde el S.XIX hasta la actualidad. Relacionado directamente con la ciencia ficción, se manifiesta principalmente en: Diseño, arquitectura popular, comic, revistas juveniles, novela por entregas, etc. Con origen en el positivismo.         
Tuvo un especial auge en el periodo de entreguerras y, debido a ello, se asocia este futurismo utópico a momentos de crisis. Tras la Segunda Guerra Mundial comienza una etapa de desconfianza en la tecnología que repercute negativamente en el futurismo utópico. El "movimiento" resurge tras los 70, con la carrera espacial y el avance de la electrónica como detonantes.      
La poética del futurismo utópico incide en las nuevas tecnologías que van surgiendo y planteando hipotéticas aplicaciones. Antes de la guerra, se muestra una romántica debilidad por el gigantismo, mostrando a máquinas imponentes y a megalópolis como protagonistas, auténticos paisajes donde la figura humana se ve empequeñecida. Tras la guerra encontramos una tendencia más humanista, que incide en la dimensión humana de la tecnología y su capacidad para mejorar la vida cotidiana.            
El Futurismo Negro: Se da fundamentalmente en la narrativa (novela, cine) Nace como reacción pesimista al futurismo utópico. Comienza en la posguerra mundial, cuando la confianza en la tecnología se hunde y el peligro nuclear se expande.                
El Retrofuturismo: Es un fenómeno reciente, que afecta al cine, la novela, el diseño, etc. Con carácter extremadamente postmoderno, este fenómeno recupera aparentemente parte de la poética del futurismo utópico desde una visión trágica y algo sarcástica de "lo que pudo ser y no fue". Explota la ingenuidad de este, y mira hacia el pasado.  
               
El futurismo como actitud: La presencia de la estética futurista, en el "subconsciente" es algo constante en nuestra sociedad. Debido a la actual sociedad de consumo, en la que "lo nuevo" goza de un prestigio inherente. El bombardeo publicitario hace que despreciemos lo viejo, y las modas son algo tan efímero como inevitable.

Reflexión sobre el Futurismo:
 El futurismo rompe de manera radical con la tradición y cultura histórica existente hasta el momento de su aparición, instaurando una nueva forma de pensar basada puramente en las ciencias y tecnologías.
 Nace una sociedad iniciada en el abastecimiento y ayuda mediante maquinas e instrumentos tecnológicos; pero que como en cualquier principio hacia lo desconocido, la dificultad de romper la costumbre es muy grande, y este hecho marca un ritmo evolutivo distinto entre tecnologías y hombres.  Esta descoordinación destroza los ideales futuristas ya que divide la realidad en dos realidades secundarias: una realidad minoritaria basada en las nuevas tecnologías y una mayoritaria anclada en la cultura histórica anterior.
Y dadas las circunstancias históricas del momento el boom tecnológico fue tan espectacular que ni sociedad podía adaptarse ni la tecnología podía sobrevivir a sus propias evoluciones y dejaba todo acto tecnológico como incorrecto con demasiada rapidez.
El fracaso del futurismo consiste en una velocidad evolutiva de las tecnologías tan alta que sólo puedo ser seguida por una minoría insuficiente. Actualmente, la velocidad de evolución de las nuevas tecnologías ha descendido considerablemente mientras que la sociedad ha avanzado lo correspondiente para dar uso a dichas tecnologías, por ello sería un momento histórico más propicio para un movimiento tecnológico como el Futurismo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Umberto Boccioni

En Roma a los 18 años de edad Boccioni comienza a forjar su personalidad artística, y aunque anteriormente había mostrado interés hacia la pintura será en esa ciudad donde su vocación se encauce definitivamente. Allí toma contacto con otros jóvenes pintores interesados por renovar el mundo artístico italiano. Deja Roma y viaja a París, Rusia y Alemania. Y tras estos años vuelve a Milán para dedicarse completamente a la pintura. Hasta ese momento su pintura podía encuadrarse dentro de las corrientes postimpresionistas y sus temas son, hasta cierto punto, los que pueden esperarse de un pintor tradicional: paisajes, marinas, vistas urbanas, etc. Pero todo va a cambiar cuando Tomasso Marinetti publica su “manifiesto futurista” y Boccionni se une a ese movimiento siendo uno de los primeros firmantes del manifiesto de los pintores futuristas. Según dicho manifiesto, el artista moderno debía liberarse de los modelos y las tradiciones figurativas del pasado, para centrarse únicamente en el mundo contemporáneo, dinámico y en continua evolución. Como temas artísticos proponían la ciudad, los automóviles y la caótica realidad cotidiana.

Su pintura se impregna de las características que definen a esta corriente artística. Ha expresado magistralmente el movimiento de las formas y la concreción de la materia en sus obras, dejando su estilo bien marcado. Siempre ha evitado la línea recta y ja utilizado los colores complementarios para crear un efecto de vibración. Como lo ha hecho en sus obras “dinamismo de un ciclista” o “dinamismo de un jugador de fútbol”, aquí en estos ejemplos las representaciones de un mismo tema en estadios temporales sucesivos sugieren eficazmente la idea del movimiento en el espacio. Entre sus obras pictóricas más relevantes se encuentran las siguientes:


Tumulto en la galería (1910)


La composición de la obra Tumulto en la Galería tiene unas líneas de fuerza que convergen en el centro. Los colores expresan luces intensas y junto a las gruesas pinceladas se expresa la violencia. Todas las figuras aparecen y desaparecen en la realidad, mientras que en nuestra retina se mantienen presentes.


Dinamismo de un futbolista (1913)
Esta obra tiene una clara influencia del cubismo, y también del neoimpresionismo, con sus pinceladas cortas y discontinuas.  Pertenece al movimiento futurista.


Forze di una strada (1911)

La ciudad tiene mayor importacia que las presencias humanas
Boccioni, además de expresarse eficazmente con la paleta de colores en mano y un lienzo en frente, ha sabido mostrar su arte por medio de maravillosas esculturas. Umberto ha sabido cuando despreciar, lo que ha hecho a menudo, los materiales nobles como el mármol o el bronce, prefiriendo la madera, el hierro o el cristal, ya que él deseaba mostrar la interacción de un objeto en movimiento con el espacio circundante. Finalmente el artista tan prestigioso y valorado falleció el día 16 de agosto de 1916.


Giacomo Balla

Pintor y escultor italiano, uno de los fundadores del movimiento futurista. Estudió en la escuela nocturna de dibujo de Turín. Más tarde se traslada a Roma, trabajando con éxito como retratista. Inicialmente su pintura impresionista muestra luego interés por el análisis cromático. Adopta la disolución de lo visible en puntos de color. Se dedica también a pintar escenas nocturnas y exteriores de la ciudad. Comienza a interesarse por los problemas del mundo obrero y de los marginados, y a pintarlos en clave divisionista. Es partidario de ideas anarquistas como algunos puntillistas como Pisarro. Utiliza la técnica puntillista para pintar temas del futurismo: la dinámica y la velocidad. 


El movimiento futurista le influyó a partir de un viaje que realizó a París, atrayéndole también el impresionismo, por su manera de descomponer los colores y las formas. Esto se ve en su obra La Jornada del Obrero. En 1910 firma junto a otros pintores el manifiesto Futurista, justo a Severini, Boccioni y Carrá. Sus primeras obras, “Interpretaciones Iridiscentes”, “Vuelos Rápidos” y “Líneas de Velocidad”, fueron las intuiciones que dieron impulso y ritmo a las experimentaciones de los primeros años del futurismo. Tras esta obra inicial, destacan Niña que Corre por el Balcón y el Dinamismo de un Perro Atado, donde intenta representar a un tiempo el movimiento y la velocidad, algo que los futuristas consideraban como al esencia de la civilización moderna. 

Después de profundizar en los temas del movimiento futurista, cómo dividir una imagen, por ejemplo, para que ante nuestros ojos parezca un movimiento, Balla se desinteresó de este movimiento. Durante los años 20 se acercó más al cine y a la psicología y a partir de 1930 volvió a los temas figurativos de sus años prefuturistas, pintando ciudades, paisajes y retratos. Balla fue, además, el precursor del dadaísmo. En esta última época, se le consideró como uno de los representantes del arte abstracto italiano.
Al contrario de otros de su mismo género, Balla fue un pintor lírico, ajeno a la violencia. 

En octubre de 1918 publicó su "Manifiesto del color" ("Manifesto del colore"), un análisis del color en la pintura de vanguardia. 


Pasamos a analizar brevemente dos de las obras de este autor:


Los ritmos del arco


Balla cuando estuvo decorando la casa de Löwenstein, conoció a Arthur Löwenstein, que era un violinista aficionado. En una carta a su familia en Noviembre de 1912 comenta "que tenía casi terminado un estudio de la mano del marido y con diferentes posiciones del arco siguiendo estos movimientos". Dos páginas en su libro de notas acerca del ritmo del arco y se encuentra cubierto con pequeños estudios del motivo central: la mano en movimiento. Para conseguir una sensación de movimiento y sonido emplea unas líneas de colores que se sitúan unas paralelas a otras. Los colores que utiliza Balla son los amarillos, ocres y marrones, con pequeños trazos de turquesa, azul, naranja, violeta y rosa. El ritmo del violinista representa la concepción más madura de la idea de Boccioni sobre la relación del objeto y el ambiente, y esto lo consigue fundiendo este objeto con el fondo. La forma trapezoidal del lienzo permite al espectador tener la sensación de que se va a salir el violín del cuadro.


Vuelo de golondrina 


Mediante un motivo sencillo, una pareja de golondrinas sobre un fondo de pinceladas, multiplica los estudios del natural. Balla desemboca en una soluciones cada vez más complejas hasta producir, en el otoño de 1913, la combinación del movimiento de las golondrinas junto al movimiento ocular del espectador.





 

Gino Severini

Partiendo de la base de lo que se conoce como Movimiento Futurista o Futurismo, nos encontramos con autores que merecen un mérito reconocido cuando se menciona este estilo artístico.
Retrato de Gino Severini
Es el caso de Gino Severini, nacido el 7 de abril de 1883 en la ciudad italiana de Cortona.


Como la mayoría de los artistas, el inicio fue algo precario, ya que la posibilidades económicas le limitaban demasiado. No obstante, asistió a la Scuola Tecnica de Cortona y frecuentó clases de dibujo con la pintora de la localidad. Ya a los 17 años, decidió mudarse a Roma, donde, además de trabajar para un banco, ampliaría sus estudios en la Scuola Serale di Disegno agli Incurabili.
Pronto conoce a los pintores Umberto Boccioni (quien le pondrá al tanto de la pintura puntillista de Seurat) y a Giacomo Balla, pero decide trasladarse en 1906 a Parísdonde se centrará en aprender sobre el Neoimpresionismo y formará parte del grupo de amigos artistas, integrado por Midigliani, Picasso, Juan Gris o Braque, entre otros. Ciertamente alejado del futurismo, ya que no creía mucho en el protagonismo de la máquina como un objeto al que alabar, pintará cuadros con estilos divisionistas, como Fiesta en Montmartre.


Fiesta en Montmartre
También abordará el dinamismo, de aquí que sus pinturas se vinculen con el tema del baile, la noche parisina, el movimiento, todo ello bajo la experiencia propia y desinhibida que a menudo frecuenta en las noches que pasa en la ciudad francesa. De ahí surge el cuadro que Apollinaire consideró el mejor cuadro futurista, en 1909, “La danza del Pan Pan al Monico”, pintura que fue destruida durante la Segunda Guerra mundial y reconstruido por el mismo Severini gracias a viejas fotografías y a unas reproducciones en cerámica en 1959. Por lo tanto, si hay que hablar de un cuadro que reúna las características más novedosas de la época, tenemos que referirnos a este, ya que recrea el ambiente de la noche parisina visto desde los ojos de Severini, identificando la ciudad con un gran organismo vivo, dinámico, representado por el teatro, el boulevard y el café-chantant como puntos de encuentro y diversión.


Sin embargo, en 1910 se unirá al movimiento futurista, junto con Boccioni y Marinetti y firmará el manifiesto que se publicaría en el diario Le Figaro. Siguiendo en la línea de las inquietudes de Severini, en esta tendencia se ensalza lo exaltado y estrepitoso de los movimientos de los cuerpos al bailar, además del bullicio y griterío de gente que se halla bajo los efectos del alcohol, a la misma vez que suenan los violines, como en el caso concreto del cuadro del Monico (La danza del pan pan al Monico). No hay que olvidar el vínculo del pintor con el puntillismo de Seurat, que se deja ver en la realidad fragmentada, colorida y llena de combinaciones cromáticas del cuadro El Boulevard, en 1911.

El Boulevard

Como buen artista, también Severini tiene una etapa de cambio. En esta ocasión, se deja llevar por el estilo de la abstracción cubista. Buen ejemplo de ello son las pinturas: Jeroglífico dinámico de Bal Tabarin, Dinamismo de una bailarina, Bailarina azul.


No obstante, no olvida la tendencia del Futurismo, y asiste a la primera exposición futurista de la Galerie Bernheim-Jeune. Es precisamente el reconocimiento de este evento el que asentará las bases de este nuevo movimiento y de ahí su expansión por otros lugares como Berlín, Londres e incluso los Estados Unidos.De vacaciones por Italia, junto a su recién esposa Jeanne Fort, Severini escribirá el manifiesto “L’analogie plastique du dynamisme”, que será precedido por la obra Ritmo plástico, un cuadro cubista que saldrá a la luz el 14 de Julio de ese mismo año, 1912.

Ritmo plástico

Mar=Bailarina
Debido a su delicado estado de salud, en 1913 decide mudarse a Anzio, en Italia, y realizará una de las pinturas que más le avalan: Mar=Bailarina. Una vez más, demuestra que conoce a la perfección el movimiento, los compases de la bailarina, que se igualan con la ondulación de las olas, y un cúmulo de colores que transmiten cómo el mar se funde con la orilla.

Tren de la Cruz Roja atravesando un pueblo
En una de sus últimas etapas, el artista olvida la evocación del frenesí y el descontrol para pasar a plasmar los nuevos y turbios tiempos. Así, aunque en la primera década del siglo XX sirviera de vínculo entre las tendencias francocubistas e italofuturistas, en Igny (Francia), en 1915, pintará Train de la croix rouge traversant un village (“Tren de la Cruz Roja atravesando un pueblo”), donde se puede visualizar la fragmentación del paisaje, caracterizando nuestra percepción del movimiento de un objeto.


Siempre maravillado por el Cubismo, en 1921 Severini escribirá “Du cubisme au classicisme”. Más tarde, en los años posteriores, participará en muestras, como la Prima mostra del Novecento Italiana, decorará la casa Rosenberg de Roma, entre otras, y se dedicará a pintar máscaras. A partir de 1936 participará en varias exhibiciones, como la de Cubismo y Arte abstracto del Museo di Arte Moderno. Además de numerosos reconocimientos que recibirá a lo largo de la vida, hay que hacer mención de una de sus últimas obras: “Arlequín con mandolina” y “Maternidad”.

La vida de este artista llega a su fin el 26 de febrero de 1966, en París.